domingo, 17 de agosto de 2014

Trueque, Mario Benedetti

Trueque

Me das tu cuerpo patria y yo te doy mi río
tú noches de tu aroma / yo mis viejos acechos
tú sangre de tus labios / yo manos de alfarero
tú el césped de tu vértice / yo mi pobre ciprés

me das tu corazón ese verdugo
y yo te doy mi calma esa mentira
tú el vuelo de tus ojos / yo mi raíz al sol
tú la piel de tu tacto / yo mi tacto en tu piel

me das tu amanecida y yo te doy mi ángelus
tú me abres tus enigmas / yo te encierro en mi azar
me expulsas de tu olvido / yo nunca te he olvidado
te vas te vas te vienes / me voy me voy te espero.

viernes, 15 de agosto de 2014

El poema no existe, J. Infante



El poema no existe si no puedo decirlo susurrando a tu oído. El poema no existe si no puedo escribirlo en la desnudez de tu cuerpo.

jueves, 14 de agosto de 2014

Gabriel García Márquez, El amor en los tiempos del cólera (1985)


"Desde ese momento, Florentino Ariza la vio con otros ojos. También para ella pasaban los años. Su naturaleza feraz se marchitaba sin gloria, su amor se demoraba en sollozos, y sus párpados empezaban a mostrar la sombra de las viejas amarguras. Era una flor de ayer".


miércoles, 13 de agosto de 2014

Si el hombre pudiera decir

Si el hombre pudiera decir

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
Si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
Como una nube en la luz;
Si como muros que se derrumban,
Para saludar la verdad erguida en medio,
Pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
La verdad de sí mismo,
Que no se llama gloria, fortuna o ambición,
Sino amor o deseo,
Yo sería aquel que imaginaba;
Aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
Proclama ante los hombres la verdad ignorada,
La verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
Cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
Alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
Y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
Como leños perdidos que el mar anega o levanta
Libremente, con la libertad del amor,
La única libertad que me exalta,
La única libertad porque muero.

Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
Si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

José Ángel Valente, Sé tú mi límite

Tu cuerpo puede
llenar mi vida,
como puede tu risa
volar el muro opaco de la tristeza.
Una sola palabra tuya
quiebra la ciega soledad
en mil pedazos.
Si tu acercas tu boca inagotable
hasta la mía,
bebo sin cesar
la raíz de mi propia existencia.

Pero tú ignoras cuánto
la cercanía de tu cuerpo
me hace vivir
o cuánto
su distancia me aleja de mí mismo
me reduce a la sombra.
Tú estás, ligera y encendida,
como una antorcha ardiente
en la mitad del mundo.

No te alejes jamás:
Los hondos movimientos
de tu naturaleza son
mi sola ley.
Retenme.
Sé tú mi límite.
Y yo
la imagen de mí feliz,
que tú me has dado.

martes, 12 de agosto de 2014

Gabriel García Márquez: si alguien llama a tu puerta

Si alguien llama a su puerta, 
amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en su tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida armonía.

Si alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa se desangra el día.

Si alguien llama a tu puerta una 
mañana
sonora de palomas y campanas
y aun crees en el dolor y en la poesía.

Si aun la vida es verdad y el 
verso existe.
Si alguien llama a tu puerta 
y estas triste,
abre, que es el amor, amiga mía.