Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentarme sólo a los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, y para no descubrir, cuando tuviera que morir, que no había vivido. No quería vivir lo que no fuera la vida, pues vivir es caro, ni siquiera practicar la resignación a menos que fuera completamente necesario. Quería vivir con profundidad y absorber toda la médula de la vida, vivir de manera tan severa y espartana como para eliminar cuanto no fuera vida, abrir un amplio surco y arrasarlo, arrinconar la vida y reducirla a sus términos inferiores y, si resultaba mezquina, coger toda su genuina mezquindad y hacerla pública al mundo; o, si era sublime, saberlo por experiencia y ser capaz de dar cuenta de ello en mi próxima excursión.
Imagina una palabra, e imagina un millón. Flotan, y vuelan... Imagina una sensación, mientras sueñas, mientras lees. "Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acaba y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba,`por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido..."
viernes, 12 de septiembre de 2014
martes, 9 de septiembre de 2014
Wystan Hugh Auden: Melancolía de funeral
Para todos los relojes, corta el teléfono,
impide que el perro ladre con un hueso jugoso.
Silencia los pianos, y con tambor amortiguado,
trae afuera el cajón, deja que los afligidos vengan.
Deja que los aviones circulen gimiendo por encima,
garabateando en el cielo el mensaje "él esta muerto".
Pon grandes cintas alrededor de los blancos cuellos de los cisnes.
Deja que los policías de trafico usen negros guantes de algodón.
Él era mi norte, mi sur, mi este, y oeste,
mi semana de trabajo y mi descanso de Domingo,
mi mediodía, mi medianoche, mi habla, mi canción.
Pense que amor duraría para siempre. Estaba equivocada.
Las estrellas no son deseadas ahora, apaga todas y cada una.
Envuelve la luna y desmantela el sol.
Vuelca el océano y barre la madera.
Porque ahora nada podría hacer ningún bien.
sábado, 6 de septiembre de 2014
Josep Carner
“Es tarde, no me tientan los caminos.
(…)
Se esparce la noche invencible,
mar de islas que son soledades.”
Nicanor Parra, Epitafio
"De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa,
Hijo mayor de profesor primario
Y de una modista de trastienda"
"Epitafio", Poemas y Antipoemas
José Ángel Valente
Si tu acercas tu boca inagotable hasta la mía, bebo sin cesar la raíz de mi propia existencia.
Karmelo C. Iribarren, La ciudad
MI TÁCTICA
Mi táctica es atacarte
por los flancos,
adormecerte a lengüetazos
las extremidades,
dejarte así indefensa,
a mí merced,
con tu golosa boca sólo
para defenderte,
para darme la réplica
a mordiscos,
a lengüetazos también.
por los flancos,
adormecerte a lengüetazos
las extremidades,
dejarte así indefensa,
a mí merced,
con tu golosa boca sólo
para defenderte,
para darme la réplica
a mordiscos,
a lengüetazos también.
Y yo rendirme entonces
y entregarte mi fusil.
y entregarte mi fusil.
viernes, 5 de septiembre de 2014
Gabriel García Márquez, el amor en los tiempos del cólera
Terminaron por conocerse tanto, que antes de los treinta años de casados eran como un mismo ser dividido, y se sentían incómodos por la frecuencia con la que se adivinaban el pensamiento sin proponérselo, o por el accidente ridículo de que el uno se anticipara en público a lo que el otro iba a decir. Habían sorteado juntos las incomprensiones cotidianas, los odios instantáneos, las porquerías reciprocas y los fabulosos relámpagos de gloria de la complicidad conyugal. Fue la época en que se amaron mejor, sin prisa y sin excesos, y ambos fueron mas conscientes y agradecidos de sus victorias inverosímiles contra la adversidad. La vida había de depararles todavía otras pruebas mortales, por supuesto, pero ya no importaba: estaban en la otra orilla.
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