«Sonríe, como si tus labios se fueran a sellar.
Canta, como si tus cuerdas vocales estuvieran a punto de consumirse.
Escucha, como quien nunca tiene prisa por responder.
Goza, como quien no teme lo que vaya a venir después.
Siente, como quien sabe que no pierde nada por sentir.
Perdona, como si ya no fueras a tener otra oportunidad.
Ama, como si tu corazón no pudiera aguantar sin darse entero.
Y entrégate, como si mañana fuera el último día.»
Imagina una palabra, e imagina un millón. Flotan, y vuelan... Imagina una sensación, mientras sueñas, mientras lees. "Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acaba y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba,`por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido..."
miércoles, 2 de noviembre de 2011
“La niña que coleccionaba estrellas”
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