“Y ella me besó. Era el tipo de beso que no puedes contarle a tus amigos en voz alta. El tipo de beso que me hizo saber que yo nunca había estado tan feliz en toda mi vida.”
Imagina una palabra, e imagina un millón. Flotan, y vuelan... Imagina una sensación, mientras sueñas, mientras lees. "Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acaba y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba,`por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido..."
sábado, 9 de febrero de 2013
Las ventajas de ser invisible, Stephen Chbosky
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