lunes, 31 de diciembre de 2012

At the Entering of the New Year, by Thomas Hardy


At the Entering of the New Year




           I
           (OLD STYLE)

Our songs went up and out the chimney,
And roused the home-gone husbandmen;
Our allemands, our heys, poussettings,
Our hands-across and back again,
Sent rhythmic throbbings through the casements
         On to the white highway,
Where nighted farers paused and muttered,
         "Keep it up well, do they!"

The contrabasso's measured booming
Sped at each bar to the parish bounds,
To shepherds at their midnight lambings,
To stealthy poachers on their rounds;
And everybody caught full duly
         The notes of our delight,
As Time unrobed the Youth of Promise
         Hailed by our sanguine sight.

           II
           (NEW STYLE)

We stand in the dusk of a pine-tree limb,
As if to give ear to the muffled peal,
Brought or withheld at the breeze's whim;
But our truest heed is to words that steal
From the mantled ghost that looms in the gray,
And seems, so far as our sense can see,
To feature bereaved Humanity,
As it sighs to the imminent year its say:-

"O stay without, O stay without,
Calm comely Youth, untasked, untired;
Though stars irradiate thee about
Thy entrance here is undesired.
Open the gate not, mystic one;
         Must we avow what we would close confine?
         With thee, good friend, we would have 

            converse none,
Albeit the fault may not be thine."

viernes, 21 de diciembre de 2012

Fragmento Primera Voz, Tres Mujeres, SYLVIA PLATH


PRIMERA VOZ:
¿Quién es este terrible muchacho azul, extraño y
brillante, como caído de una estrella?
¡Mira con tanta cólera! Atracó
en el cuarto, con un grito en el talón.
El azul se vuelve más pálido. Después de todo
es humano.
Un loto rojo se abre en un tazón de sangre;
Me vuelven a coser con seda, como si
fuera una tela.
¿Qué hacían mis dedos antes de tenerle?
¿Qué hacía mi corazón antes de amarle?
Nunca vi nada tan límpido
Sus párpados son flores de lilas
Y su aliento es dulce como una mariposa
nocturna.
No le abandonaré.
No hay artificio ni defecto en él.
Que así se conserve.


PABLO NERUDA


Y desde entonces soy porque tú eres, y desde entonces eres, soy y somos, y por amor seré, serás, seremos
Pablo Neruda.

TRES MUJERES, Sylvia Plath


El alba abre sus pétalos en el gran olmo
al lado de la casa.
Los vencejos regresaron. Silban
como cohetes de papel.
Oigo el sonido de las horas
Que se amplifica y se desvanece en
los caminos huecos. Oigo las vacas
que mugen.
Los colores recobran su resplandor, y el heno
mojado
humea al sol.
Los narcisos entreabren su rostro blanco
en el huerto.
Estoy tranquila. Estoy tranquila.
Estos son los colores claros de la habitación
del niño,
Esos son los canarios que picotean y los alegres
corderos.
De nuevo soy sencilla. Creo en
los milagros.
No creo en esos niños aterradores
Cuyos ojos blancos y manos sin dedos
dislocan mi sueño.
Esos no son míos. No me pertenecen.
Voy a meditar en el orden de las cosas.
Voy a meditar en mi muchachito.
No camina. No me dice ni una palabra.
Aún está en pañales, en mantillas
blancas.
Sin embargo él es rosa y perfecto. Sonríe tan seguido.
Tapicé su habitación de rosas gigantes.
Por todas partes pinté corazoncitos.No lo quiero talentoso.
Es la excepción lo que le interesa al diablo.
Es la excepción la que trepa la colina
dolorosa.
Que se sienta en el desierto y hace sufrir
al corazón de su madre.
Lo quiero superficial,
Y que me ame como lo amo, y que
se case con quien quiera y donde quiera.

Fragmento de Tres Mujeres, Sylvia Plath (PRIMERA VOZ)



¿Quién nos lanza esas criaturas
inocentes?
Mira, ellas están extenuadas, todas
flácidas
En su cuna de tela, con su nombre anudado
en la muñeca,
Esta medallita de plata que ellas
vinieron a buscar de tan lejos.
Algunas tienen los cabellos negros y densos,
otras están calvas.
El color de su piel es rosa, pálido,
moreno o rojo,
Ellas comienzan a recordar sus
diferencias.
Parecen hechas de agua; no tienen
expresión.
Sus facciones duermen, como la luz
en el agua quieta.
Son verdaderos frailes y
monjas con hábitos idénticos.
Las veo como cuerpos celestes que
llueven sobre la tierra
Estas pequeñas maravillas,
estos ídolos puros
llueven. En la India, en el África, las Américas.
Huelen a leche.
Sus talones no fueron tocados
caminar en el aire.
¿Cómo puede ser tan pródiga la nada?
Ese es mi hijo
Su ojo desorbitado es por esta vaga,
terrible banalidad.Se vuelve hacia mí como una plantita,
ciega y alegre.
Un grito. Es el tejido del que
cuelgo.
Me vuelvo un río de leche.
Soy una montaña caliente.


domingo, 2 de diciembre de 2012

Haruki Murakami

“Aquellos ojos parecían atravesar la lente de la cámara y fijarse sinceramente en algo que se escondía en los corazones de la gente - algo que ellos mismos no eran conscientes de poseer…”