PRIMERA VOZ:
¿Quién es este terrible muchacho
azul, extraño y
brillante, como caído de una
estrella?
¡Mira con tanta cólera! Atracó
en el cuarto, con un grito en el
talón.
El azul se vuelve más pálido.
Después de todo
es humano.
Un loto rojo se abre en un tazón de
sangre;
Me vuelven a coser con seda, como si
fuera una tela.
¿Qué hacían mis dedos antes de
tenerle?
¿Qué hacía mi corazón antes de
amarle?
Nunca vi nada tan límpido
Sus párpados son flores de lilas
Y su aliento es dulce como una
mariposa
nocturna.
No le abandonaré.
No hay artificio ni defecto en él.
Que así se conserve.
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