domingo, 1 de marzo de 2015

Soneto LXIX, Pablo Neruda

Tal vez no ser es ser sin que tú seas, sin que vayas cortando el mediodía como una flor azul, sin que camines más tarde por la niebla y los ladrillos, sin esa luz que llevas en la mano que tal vez otros no verán dorada, que tal vez nadie supo que crecía como el origen rojo de la rosa, sin que seas, en fin, sin que vinieras brusca, incitante, a conocer mi vida, ráfaga de rosal, trigo del viento, y desde entonces soy porque tú eres, y desde entonces eres, soy y somos, y por amor seré, serás, seremos.

Pablo Neruda

He dormido contigo
toda la noche mientras
la oscura tierra gira
con vivos y con muertos,
y al despertar de pronto
en medio de la sombra
mi brazo rodeaba tu cintura.
Ni la noche, ni el sueño
pudieron separarnos.