Imagina una palabra, e imagina un millón. Flotan, y vuelan... Imagina una sensación, mientras sueñas, mientras lees. "Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acaba y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba,`por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido..."
martes, 4 de junio de 2013
Hector Abad Faciolince: El olvido que seremos
" Por fin, entonces, puedo entender a plenitud lo que siente y piensa una víctima. Entiendo sus odios y adhesiones. Claro, son las ventajas de los intelectuales sobre las gentes del común que no pueden hilvanar en frases los golpes de la tristeza, que no pueden sentarse más tarde a reunir los fragmentos de la memoria y menos a componer un relato coherente que reivindique esa vida singular violentamente extirpada. "
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