jueves, 6 de marzo de 2014

Hector Abad Faciolince: El olvido que seremos

Por fin, entonces, puedo entender a plenitud lo que siente y piensa una víctima. Entiendo sus odios y adhesiones. Claro, son las ventajas de los intelectuales sobre las gentes del común que no pueden hilvanar en frases los golpes de la tristeza, que no pueden sentarse más tarde a reunir los fragmentos de la memoria y menos a componer un relato coherente que reivindique esa vida singular violentamente extirpada.

No hay comentarios: