BERALDO.- Pues creo que él será más sabio que los médicos y que no les pedirá auxilio alguno.
ARGAN.- Si no apela a las medicinas, tanto peor para él.
BERALDO.- Tiene sus razones para no quererlas y afirmar que el tomarlas no es viable sino para la gente joven y robusta, capaz de soportar a la vez la enfermedad y los remedios, mientras él sólo posee fuerzas para resistir la enfermedad.
Imagina una palabra, e imagina un millón. Flotan, y vuelan... Imagina una sensación, mientras sueñas, mientras lees. "Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acaba y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba,`por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido..."
jueves, 20 de octubre de 2011
Molière - El enfermo imaginario
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